
Mi nombre es Eva (una de las delegadas de TERE) y me gustaría compartir con vosotros la siguiente reflexión:
Nos estamos acostumbrando, en todos los ámbitos de la vida, a normalizar la intoxicación de discursos impuestos sobre lo que “deberíamos” esperar de nuestra existencia. Especialmente preocupante es la romanización del autocuidado y el auge de tendencias simplistas como el mindfulness, que en muchos casos ignoran los determinantes económicos, sociales y políticos que condicionan nuestro bienestar.
No se trata de rechazar el autocuidado, sino de denunciar cómo se utiliza como maquillaje para ocultar barreras estructurales que impiden a muchas personas trabajadoras acceder a una vida digna y saludable. Esta narrativa tóxica no solo se difunde a través de redes sociales y medios de comunicación, sino que también viene empaquetada desde las propias instituciones.
¿Cómo se transmite esta narrativa desde lo institucional?
Los mensajes institucionales suelen estar revestidos de una apariencia amable y motivadora, pero muchas veces esconden una realidad muy diferente. En el Hospital Universitario La Paz, por ejemplo, se han lanzado varias iniciativas que, lejos de ofrecer soluciones reales, refuerzan una desconexión preocupante con las condiciones laborales del personal del hospital.
1. Proyecto NODO 2:
Con un nombre que remite al noticiero franquista, se presenta como uno de los pilares estratégicos del hospital. Su objetivo declarado es poner al profesional en el centro y crear una marca basada en valores. Sin embargo, en la práctica, se traduce en la invitación a rellenar encuestas sobre satisfacción laboral, sin que ello se refleje en cambios tangibles.
2. Grupos focales de conciliación:
Se han convocado reuniones para identificar y destacar buenas prácticas en materia de conciliación. No obstante, los temas ya han sido tratados reiteradamente en la Junta de Personal, con respuestas vagas como “lo apuntamos para valorarlo”. Mientras tanto, se siguen denegando permisos por cuidado de hijos con justificante médico, escudándose en una libre interpretación del pacto de permisos.
Asume que el propio hospital es responsable del bienestar y salud de sus trabajadores y debe generar unas condiciones laborales que permita compaginar las esferas privada, doméstica y productiva. Pero por el contrario cada vez nos encontramos a más compañeras con problemas a la hora de tramitar sus adaptaciones de puesto de una manera ágil y adecuada.
3. Publicación de una Guía de conciliación corresponsable:
Una guía que supuestamente pretende facilitar el acceso a la información y fomentar el desarrollo personal, familiar y profesional. Pero omite detalles clave, como los plazos de respuesta para solicitudes de permisos (en los cuales se acepta el permiso si no te contestan en plazo y forma). A esto se suma un “plan de ajuste presupuestario”, no publicado oficialmente, que desde julio de 2024 la dirección de este Hospital ha recortado como una orden directa de Dirección General para su aplicación.
4. Comunicaciones institucionales conmemorativas:
Desde la Comisión de Cuidados se difundió el lema del Consejo Internacional de Enfermería: “Nuestras enfermeras, nuestro futuro. Cuidando de las enfermeras fortalecemos la economía”. Palabras que suenan huecas cuando, en paralelo, se organizan actos institucionales con la participación de quienes han sido responsables directos de los recortes y la precarización de nuestras condiciones en la Comunidad de Madrid.
5. Felicitaciones corporativas:
Se envió un mensaje institucional que comienza calificando a la enfermería como una profesión que “honra a sus profesionales” y que “se reivindica como valiosa”. Sin embargo, resulta ofensivo y un insulto a nuestra inteligencia al expresar que:
“El cuidado se trata de un producto inmaterial, generado en las prácticas de salud …resulta difícil conseguir información y monitorizar el esfuerzo y la calidad de la atención prestada”
Es realmente bochornoso leer que una profesión que cada vez se basa más en estudios propios y en la evidencia científica enfermera, que cuenta con herramientas como NANDA, NIC y NOC (componentes del lenguaje estandarizado de enfermería como herramienta que facilita la planificación y evaluación de la atención de enfermería). Además de múltiples escalas estandarizadas y tareas burocráticas que utilizan para sobrecargarnos y evitar pagarnos el 100% de la productividad.
6. Carta de la Gerente de Cuidados:
Una misiva que vuelve a apelar a nuestra vocación, empatía y entrega. Se agradece “la chispa enfermera” que, de momento, no usamos para prender fuego —aunque sobran razones. Se nos reconoce el valor incalculable que aportamos al sistema, pero no se traduce en derechos ni mejoras concretas.
Todo este bombardeo peligroso de mensajes institucionales puede llevar a las profesionales a sentirse culpables por no alcanzar los estándares idealizados que se nos imponen.
¿Cuál es la realidad laboral?
Ya se expuso con claridad en el acto del Día de la Enfermería celebrado el año pasado en La Paz: la falta de contratación genera ,la sobrecarga y agotamiento derivados de esta. Esta situación es incompatible con la motivación, la conciliación y el desarrollo profesional.
Un año después, seguimos en el mismo punto: aumento del desgaste físico y emocional del personal, denegaciones sistemáticas de permisos, recortes presupuestarios, discriminación salarial respecto a otras comunidades autónomas, y una opacidad en la gestión que impide cualquier conciliación real.
Según datos solicitados al Portal de Transparencia, en 2023 se acumulaban 22.927 días libres pendientes de disfrute en todas las categorías profesionales del hospital de la Paz. De ellos, 5.814 (el 25,36%) correspondían únicamente a enfermeras. Y podría asegurar casi al 100% que la tendencia de esas cifras va en aumento.
¿Y las soluciones?
Necesitamos concienciarnos como sociedad y como trabajadores, para que dejen de utilizar el individualismo y el divide y vencerás. Es fundamental visibilizar a los responsables que perpetúan esta precariedad, y organizarnos colectivamente para frenarla. La enfermería y el resto de categorías laborales no necesitan más homenajes vacíos. Necesitan condiciones dignas, respeto profesional y voluntad política real para mejorar su situación.
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